Detrás de una política pública, hay un proceso que explica su existencia y puede abonar a su perfeccionamiento e incluso desaparición. A este proceso se le denomina ciclo de las políticas públicas. El éxito o fracaso de la intervención gubernamental comúnmente depende de cómo se desarrollan las etapas que componen este ciclo, en el cual la evaluación juega un papel primordial.
A través de este ciclo, es posible apreciar nuestra labor como especialistas en la materia, la cual se puede resumir en cuatro palabras: análisis de política pública. Este análisis es el insumo principal de las políticas públicas y está presente en todas las fases del proceso que a continuación explicaré.
Existen diversos enfoques respecto al ciclo de vida de las políticas públicas, pero los especialistas coincidimos en que se pueden distinguir al menos cuatro momentos analíticos: la gestación, el diseño o formulación, la implementación o ejecución y la evaluación de impacto.
En un gobierno se detecta la existencia de una demanda social que puede convertirse en un asunto de interés público y, al mismo tiempo, funcionarios y políticos asumen su obligación de intervenir en él. Los gobiernos atienden los problemas públicos con base en la formación de una agenda, la cual demuestra que existen aquellos que despiertan, más que otros, la atención gubernamental. Al respecto, es importante distinguir la existencia de tres tipos de agenda:
La agenda pública se define como el “conjunto de temas que la ciudadanía y los distintos grupos de la sociedad buscan posicionar para ser considerados como susceptibles de atención por parte de sus representantes” (Kingdon, 1995). La agenda política es el conjunto de temas que alcanzan prioridad en el debate político y la acción de aquellos actores políticos que, por su posición, tienen la capacidad de impulsarlos. La agenda de gobierno es el conjunto de prioridades que un gobierno constituido plantea a manera de proyecto y que busca materializar a lo largo de su mandato (Casar y Maldonado, 2010; citado en Merino y Cejudo, 2010).
En la sociedad existen muchos problemas, pero la posibilidad de que alguno sea atendido por el gobierno requiere que transite, en una primera instancia, por la agenda pública, donde la sociedad le da el carácter de público y, por lo tanto, considera que es el gobierno quien lo debe resolver. Posteriormente, podrá transitar por la agenda política, en el caso de que actores políticos lo incluyan en sus temas de debate.
Por último, puede encontrar cabida en la agenda de gobierno, si el debate político ha tomado suficiente fuerza y eco en los sectores de la sociedad civil, partidos políticos, medios de comunicación; y el gobierno en turno ha decidido atenderlo.
En la fase de diseño de la política pública, los servidores públicos analizan con detalle el problema público que les ha sido planteado y buscan soluciones creativas y viables para resolverlo. Su tarea más importante es brindar una recomendación de política pública inteligente, financiera y económicamente viable, legalmente permisible y administrativa y políticamente posible, a uno o varios decisores que ostentan el poder público para que ésta se pueda llevar a cabo.
Para Thomas R. Dye (2002), la identificación del problema público es la fase más importante de este proceso, ya que de ello dependerán los siguientes pasos a realizar. En esta fase un especialista en políticas públicas debe responder al menos las siguientes preguntas clave:
Propongo una metodología de cinco etapas para diseñar una política pública viable:
En la fase de implementación de la política pública inicia la puesta en marcha del plan de acción delineado en la etapa del diseño de política pública. Aquí se realiza el proceso de presupuestación, la creación legal del programa, el entrenamiento del equipo que lo llevará a cabo y la comunicación dentro de la agencia implementadora, así como con la ciudadanía. Esta fase es crucial, ya que el contenido y los posibles efectos de la política pública pueden ser modificados por la forma en que ésta se pone en práctica (Hill y Hupe, 2002).
En esta etapa, un especialista en políticas públicas debe responder al menos las siguientes preguntas clave:
Existen tres formas de instrumentar una política pública: la primera es directa, se lleva a cabo a través del aparato burocrático con sus recursos y su personal; la segunda es indirecta y se lleva a cabo a través de una organización no gubernamental o una empresa privada, y la tercera, es cuando hay una intervención público-privada.
Si consideramos al ciclo de políticas públicas como una consecución continua de determinadas acciones, la última fase correspondería a la evaluación de impacto, es decir, valorar los efectos para determinar cómo ha cambiado una situación una vez que ha culminado la acción del gobierno. Sin embargo, es muy importante mencionar que el proceso de evaluación de políticas públicas se puede llevar a cabo durante el diseño, la implementación y su maduración.
La evaluación que se realiza en la etapa de diseño se denomina ex-ante. La evaluación en la etapa de implementación se denomina evaluación concomitante y la evaluación de impacto se denomina ex-post. La evaluación ex-ante tiene como objetivo realizar un análisis previo a la decisión para garantizar mayores niveles de efectividad. La evaluación concomitante permite realizar los ajustes necesarios a la política pública que se está ejecutando para lograr los objetivos previamente establecidos.
La evaluación ex-post permite conocer los efectos de la política pública en la población objetivo. En la fase de evaluación de impacto, un especialista en políticas públicas debe responder al menos dos preguntas:
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