El primer acercamiento que tuve con el libro Esencialismo llegó en el momento adecuado, cuando escribía la segunda edición del libro Diseño de Políticas Públicas. ¿Por qué llegó en el momento adecuado? Porque estaba en una etapa del proceso creativo en donde los avances eran mínimos, ya que tenía otros proyectos profesionales y familiares que atender. Esto me hacía sentir cansado y muy frustrado. Entonces, descubrí esta obra. Voy a contarte de qué trata y por qué la considero una herramienta poderosa que me ayudó a convertir objetivos en realidades.
Portada del libro Essentialism en su edición en inglés de Greg Mckeown
McKeown comparte la historia de Sam Elliot, quien trabajaba en una empresa que fue adquirida por un negocio burocrático muy grande. Con el propósito de sobresalir en su nuevo entorno laboral, solía decir que sí a todo lo que se le pedía. A pesar de que su día se le iba en diversas tareas, al final del mismo le quedaban muchos pendientes. Así, entre juntas y atención de llamadas telefónicas, terminaba estresado y sumamente cansado. Por su desempeño, la empresa decidió ofrecerle una jubilación anticipada.
Gracias al consejo de un mentor, Elliot rechazó la jubilación. Decidió quedarse y efectuar únicamente actividades como asesor; por ende, debía ignorar todo lo que se le solicitara y se desvinculara de este puesto. Entonces, comenzó a decir que no. Siempre que le solicitaban algo se preguntaba: ¿esto es lo más relevante que puedo hacer con mis recursos y mi tiempo? Con base en su respuesta, tomaba una decisión.
Elliot decidió aplicar este criterio en todo lo que hacía. De esta manera, ganó mayor espacio y libertad creativa. Al elegir solo proyectos valiosos y significativos, sumó valor a su trabajo y se ganó el reconocimiento de los demás. Destacó en su evaluación de desempeño y, además de aprovechar mejor su jornada laboral, logró tener más tiempo para su vida personal.
La lección más importante de este libro radica en una sutil comprensión. El hacer nada y el hacer demasiado brinda los mismos resultados. Cuando no haces nada no generas buenos resultados, al realizar muchas tareas a la vez, tampoco.
En otras palabras, adquirir varias responsabilidades evita que dirijas tu energía a actividades concretas y puede llevarte a resultados poco favorables. Entonces, ¿qué es lo que genera resultados?
McKeown me enseñó una gran lección que considero puede serte útil. Él señala que hay aspectos esenciales en la vida y otros que no lo son. Un esencialista debe aprender a distinguir entre ambos. Solo de esta manera puede dirigir sus esfuerzos a lo vital y dejar de ocupar recursos en actividades irrelevantes.
De acuerdo con el autor, el esencialismo es un enfoque disciplinado y sistemático que sirve para determinar en dónde está nuestro punto de contribución más alto. Encontrar este punto, evitará dividir tu energía en múltiples tareas a cambio de progresos minúsculos. Por el contrario, te lleva a hacer menos, pero mejor, y a obtener progresos significativos.
La filosofía de vida de un esencialista es pensar, hacer y obtener. Por medio de la planeación, un esencialista jamás tomará decisiones impulsivamente. Elegirá lo más importante y dirá que no a todo lo demás. Así es cómo se vive la satisfactoria experiencia de hacer las cosas adecuadas con un esfuerzo menor y resultados sorprendentes.
La propuesta más valiosa del libro es el método para transformarte en un esencialista. El autor te explica en tres pasos cómo adoptar al esencialismo como filosofía de vida, a través de múltiples ejemplos. A continuación, te comparto su método:
Este paso consiste en descubrir aquellas actividades que hemos dejado que se acumulen y requieren desecharse.
En tu vida personal o laboral, para identificarlas, conviene que te hagas este tipo de preguntas: ¿estas tareas o esfuerzos ayudan significativamente a cumplir mis metas?
Si tu objetivo laboral de hoy fuera entregar un informe sobre el desempeño del equipo en el que colaboras, una tarea a valorar en este paso sería entrar a una reunión general en donde lo único que solicitan es tu presencia.
2. Elimina
Una vez que realizaste el primer paso e identificaste esas actividades acumuladas, deberás descartarlas. Este segundo paso también te ayuda a que, al eliminar estas actividades, te ganes el respeto de colegas, jefes o amigos.
Para realizar este paso, conviene que reflexiones: si dejo de hacer esto, ¿mi meta personal o laboral se cumple de todos modos?
Retomando el ejemplo del primer paso, entrar a la reunión general es una actividad que tendrías que eliminar, pues no se requiere un aporte de tu parte y, además, solo retrasaría la elaboración del informe de desempeño de tu equipo.
3. Ejecuta
Cuando ya sabes cuáles son las actividades a conservar, requieres un sistema para llevarlas a cabo con el menor esfuerzo posible. En este apartado, el autor enseña el maravilloso poder de decir “no”.
Siguiendo con el ejemplo de la reunión, este paso se traduce en decir “no” a la invitación. Si el “no”, no es suficiente, explica cómo esta actividad afecta la consecución de tu meta laboral.
Porque este libro tiene la capacidad de ayudarte a tomar mejores decisiones al distinguir lo esencial de lo trivial. Personalmente, me ayudó a priorizar y decir no a tareas poco importantes. Solo así pude canalizar energía suficiente para terminar el libro en cuya escritura estaba estancado y sacar lo máximo del proceso creativo.
Lo más importante de convertirte en un esencialista es la capacidad de obtener resultados excepcionales al conocer a profundidad tu punto de contribución más alto. Esto te permitirá olvidarte de la saturación de trabajo y, sobre todo, no descuidar un aspecto trascendental: la familia.
¿Qué promete este libro? Cambiar tu comportamiento con los demás. En específico, te motiva a ayudar a tus colaboradores. No es que seas egoísta, pero hay que reconocer que en el ámbito laboral es donde más cuesta regirse por el principio de dar y recibir, aun cuando esto proporcione fascinantes ventajas. ¿Cuáles son estas ventajas? […]
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